El Bronco sin duda alguna fue una revelación política en las elecciones de este año. Para muchos incluso una esperanza y hasta la reivindicación de la política. Tiene sin duda elementos que vale la pena rescatar, como un gran carisma, sinceridad al hablar, la claridad de objetivos y sobre todo la espontaneidad.

Sin embargo, el Bronco depende en gran medida de cumplir la altísima expectativa que generó durante su campaña. Y creo que ésta estará principalmente enfocada en si mete o no a la cárcel a el ex gobernador Medina, a su papá o su hermano. (porque siendo honestos Nuevo León como estado, no anda tan mal)

Sin duda la gente recibirá bien un nuevo gobierno. Más humano, cercano, sincero y claro. Pero si el Bronco falla en meter a la cárcel a los «bandidos», ojo… se acabó el cuento de hadas políticas. Porque también sin duda, el gobierno tendrá fallas y habrá corrupción… es probablemente un tema humano que probablemente ni el Bronco pueda arreglar.El Bronco llega a gobernar sin el apoyo de los partidos. Mismos a los cuáles acusa de corruptos, ineficientes y lejanos a la gente. Y dice que no necesita a los partidos, pues tiene el apoyo de la gente. Y dice, que será la gente la que le reclame a los partidos si no jalan con él. Pero si el Bronco falla en cumplir las altas expectativas, entonces perderá el apoyo de la gente, y pronto tendrá a partidos y gente en su contra. No un buen escenario para Nuevo León.

En resumen, más le vale al Bronco (y a Nuevo León) que se empeñe en cumplir su palabra. Pues en México hay ya una larga historia de gobernantes que llegan con altas expectativas y terminan por cumplir lo posible de acuerdo a las inercias políticas. Algo que no asusta ya, pero que si desilusiona. Pero con la salvedad que en este caso, el gobernante no tendría nadie que lo apoye… cuidado, Nuevo León.